martes, 30 de abril de 2013

MAGALLANES AUN BRILLA EN OTOÑO

Precios más bajos y un clima incluso mejor que el estival pueden ser excelentes alicientes para disfrutar de las bondades que entrega la región más austral del país.
MAGALLANES AUN BRILLA EN OTOÑO


DESPUES DE las protestas por el alza de las tarifas del gas en enero recién pasado, en la Región de Magallanes se vuelven a respirar aires de tranquilidad. Más aún ahora en marzo, cuando la oleada de turistas ha disminuido en número y el otoño comienza a asomarse poco a poco.
Y aunque no es algo muy publicitado, estos meses -marzo, abril y mayo- pueden ser ideales para decidirse a visitar la región más austral de Chile, una de las más turísticas del país, pero que, irónicamente, es poco frecuentada por los chilenos (el 70% de los turistas son extranjeros). ¿Razones para visitarla en esta época? Menor afluencia de gente (y por ende la disminución de algunos precios), un clima más amable (sin ese viento que cala hasta los huesos), días aún largos y la posibilidad de observar los entornos naturales de la zona en una de las temporadas más bellas del año, cuando los bosques adquieren su coloración otoñal. Eso, además de los nuevos encantos que ofrecen sus ciudades.

PUNTA ARENAS SE RENUEVA
La Capital de la Patagonia Chilena no sólo es la puerta de entrada principal a la región y sus atractivos naturales, sino que también ha sabido posicionarse como un destino turístico en sí. Y bondades no le faltan. Un centro histórico llamativo y bien conservado, comida magallánica y un fascinante pasado lleno de relatos de esfuerzo y austeridad han logrado cautivar a los visitantes, quienes generalmente destinan uno o más días de su estadía en la región para conocerla.

Pero Punta Arenas va por más. Ahora no sólo se trata de tener atractivos para los visitantes, sino que la idea es también entregar una oferta turística con identidad propia de la ciudad.

Otro elemento que cabe destacar es el interés de artistas locales por desarrollar un tipo de artesanía propia de la zona. Es el caso del taller de Marcela Alcaíno, cuyos trabajos en plata rescatan motivos de las etnias aonikenk y selknam, que habitaban estas regiones australes, y que aquí se muestran presentes en aros, pulseras y collares. Las artesanías van desde los $5.000 a $1.200.000. Calle Maipú N° 851-A, tel. (61) 244244. www.marcelaalcaino.cl. Otro trabajo de rescate es el que realiza Andrea Araneda en su taller The Art Corner, pero su enfoque es mezclar los íconos propios de la zona con elementos kitsch y pop art en cuadros, tejidos, grabados y postales, entre otras cosas. Por ejemplo, hay carteras de lana natural a un valor de $30.000. Horario de atención: lunes a miércoles de 16.00 a 20.00 horas, jueves a sábado hasta las 22.00. Errázuriz 910, segundo piso. Tel: 8-9045392, aranedacreaciones@gmail.com.

PUERTO NATALES OUTDOOR
Durante esta época, los entornos boscosos de Puerto Natales (ubicada a 250 km de Punta Arenas) adquieren una tonalidad única gracias a que sus bosques de ñirres y lengas aclaran sus hojas, entregando bellas imágenes de paisajes otoñales. Un excelente recorrido para ser testigo de aquello es la caminata desde laguna Sofía hasta la Cueva del Milodón, con una extensión que puede ir de los 6 a 12 km, según el recorrido. El trekking de dificultad baja cruza el cerro Benítez y en el camino es posible apreciar formaciones rocosas generadas en la era glacial, cóndores volando entre los acantilados y pinturas rupestres hechas por los pueblos originarios. La caminata culmina (o empieza) en la Cueva del Milodón (24 km de Puerto Natales), en la que fueron hallados restos de este gigante mamífero extinto hace 10 mil años. Lo mejor es realizar esta caminata con guías, ya que a momentos el camino no es claro y es posible extraviarse.

Por su parte, el P.N. Torres del Paine presenta durante esta época la ventaja de poder acceder a sus servicios a precios más accesibles. Otra actividad que aún se puede realizar en Torres del Paine (y hasta el mes de mayo) es la navegación al glaciar Grey. Con una duración de tres horas, el viaje en barco recorre las aguas del barco del mismo nombre hasta acercarse a pocos metros del glaciar. Aquí es posible ver cómo se desprenden algunos fragmentos y realizar el clásico brindis de whisky con hielos milenarios.

Extracto del Texto: Diario La Tercera, por Pedro Pablo Arraztio para el suplemento de Tendencias - 12/03/2011.-

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